sábado, 18 de julio de 2009

Ajedrez y Educación

Por: Andrés María García Cossio
La semana pasada acudí a una cita con mi profesor y amigo Abdón Yurgaki, con quien compartí momentos agradables durante mi época estudiantil universitaria; él como docente, y yo como estudiante y vecino. Entre partida y partida, de las cuales en mayor número ganaba él, realizamos remembranzas de las intensas gestas deportivas, con duración de más de ocho horas jugando Ajedrez  en el Condado de la Te y durante las cuales, era necesario hacer gala de la mayor creatividad posible para no perder, porque la ronda (Así llamamos a un ciclo durante el cual intervienen todos los jugadores) era demasiado larga por el crecido número de participantes; entre quienes recuerdo con gran cariño y admiración a Jesus Homero Murillo Gomez, los hermanos Omar y Rafael Romaña, Humberto Chaverra, Pacho Cuesta (hijo), entre muchos otros; y es que en el Condado de la Te todos aprendimos a jugar ajedrez, baloncesto y fútbol. De allí resultaron excelentes ingenieros, abogados, licenciados etc.
Esta remembranza es para sustentar, ilustrativamente, mi propuesta educativa, orientada a la enseñanza masiva del ajedrez en las instituciones educativas de nuestro terruño, ya sea en la capital o todo el departamento. Si revisamos las actuaciones nacionales e internacionales de nuestros coterráneos en el deporte ciencia, (Miguel Mosquera por ejemplo) nos llenaremos de orgullo porque tenemos ganado un sitial de respeto en el país; yo lo he vivenciado y puedo dar fe de ello, por cuanto participé por el Chocó en un Torneo Nacional de Cooperativas del Sector Educativo conjunto a un grande del ajedrez chocoano llamado Adolfredo Pedroza popularmente conocido con el alias del Cholo Pedroza; quien a la postre resultó como contundente ganador o campeón. Pude sentir el temor y respeto que inspiramos los chocoanos cuando se nos enfrenta a nivel nacional, pese a que yo era novato en eventos de esta categoría. Y es que aquí cabe la frase que ha acuñado el Cholo Pedroza quien dice: "Los negros chocoanos ajedrecistas somos más fuertes mentalmente que la mayoría de los ajedrecistas del país" a fe que yo le creo. Me atrevo a afirmar que es cierto y asumo la responsabilidad de esta afirmación.
Un ilustre docente universitario de matemáticas (Rafael Sanabria) asegura que la práctica del ajedrez ayuda notablemente en el desarrollo de habilidades como la agudeza visual (Ver más allá de lo común), a lo cual yo sumo que también desarrolla valores como la tolerancia y controlar las emociones, (Quien se asusta, enoja o emociona pierde) se aprende a ser estratégico en la vida y no dejar las cosas al azar o la suerte (Ojo con las tolas).
Ahora solamente me resta plantear el siguiente cuestionamiento con el propósito de llamar a la reflexión de los directivos escolares y deportivos: ¿Qué pasaría si, en las instituciones educativas se masifica la práctica de este deporte, el cua nos ha dado excelente resultados sin haberlo masificado, ni ser política de desarrollo?. Me atrevo a afirmar que ayudarían mucho en este cometido los docentes de artística, ya que la elaboración de los tableros y piezas que se utilizan en la práctica de este deporte, se pueden constituir en material de enseñanza para la asignatura.
He aquí nuevamente una propuesta educativa; y al profesor Asterio Machado que me espere en Lloró para que me dé la revancha.

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