sábado, 25 de junio de 2011

BENDICIÓN O MALDICIÓN DE UNA VIDA. (Crónica)



Foto de Anny Rosa García
Laura (Nombres de la historia fueron cambiados por petición de la entrevistada)

Laura  mujer de 18 años vive en el valle, tuvo a su primer hijo cuando estaba cursando el grado decimo del bachillerato, en el momento que le dieron la noticia del embarazo, sintió un frio  que le helaba el alma y se desubicó totalmente. Contó con un poco de apoyo porque  la familia del muchacho le colaboró y se fue a vivir en la casa de ellos, la madre del muchacho “era un amor pero la familia de la señora me mantenía tirando sátiras y lo peor es que no podía discutir por que no estaba en mi casa, es mas no tenía ni para comprarme un interior o una bolsa con agua, dependía de ellos totalmente me toco aguantarme, hasta me regañaban por corregir a mi hijo”, expresó Laura.
Al pasar dos años Laura volvió a quedar en embarazo, ya no era una responsabilidad sino dos; ella dice que no se arrepiente de tenerlos pero que hubiera preferido tenerlos a la edad de los  40 años, pues así no sentiría ese resentimiento hacia los niños por haber dejado de vivir y dedicarse a ser la que todo lo hace pues ella no logra tener respiro.
A pesar de todo a Laura le da  tristeza con sus niños porque sabe que ellos sienten su desamor, hasta han llegado a reprocharle que los odie tanto. No obstante ella expresa que si los ama pero que con tanto estrés y preocupaciones no se los ha demostrado, manifiesta que le gustaría tener más tiempo para ellos, pero también considera que primero está la búsqueda de un futuro mejor para sus hijo, entonces el sacrificio valdrá la pena.
Actualmente Laura tiene 28 años, su hijo Cristian tiene 10 y David 8, ya tiene su casa y le consiguió una a su madre; le ha tocado luchar duro y está terminando sus estudios. Ahora su preocupación es su hermana, Sandy que tiene 19 años y quedó embarazada, “Deje  el colegio  finalizando decimo grado,  el otro mes entro a estudiar por ahí en junio entro a acelerado porque normal me demoro mucho para terminar a los 21 años no aguanta” cuenta Sandy. Lo rescatable del caso es que a pesar de eso ella quiere seguir con sus estudios “Quiero  estudiar eso de rajar cuerpos  me gusta la criminalística”. Dijo Sandy
Sandy decidió interrumpir su embarazo y refiere que le quedaron muchos pensamientos sobre el suceso, pues piensa que lo que hizo estuvo mal porque acabó con una vida, pero  ella pensaba que considerando su estado de pobreza no podía tener un bebe. Cuando se decidió por el aborto ella no sabía que esperaba trillizos, Laura la hermana de Sandy fue quien le dio el dinero para pagar el procedimiento y fue acompañada por su mamá y su papá; quien practicaría el aborto sería un viejo que lo hacía en un patio que dice ella era” muy feo y asqueroso. Además me sentí horrible porque ese viejito no puso nada y supuestamente ponía anestesia pero no puso nada. Eso metió una cosa, pero eso duele horrible; yo sudaba y las manos se me pusieron frías….me dolió mucho  salí de allá sonza” con una desesperación marcada en su rostro refiere  Sandy.
 El costo del aborto  era 350 mil pesos, pero el señor luego dijo que eran dos fetos, por lo cual  cobro 150 mil pesos más. “Disque él se daba cuenta cuanto tenia de embarazo era tocando la barriga y me dijo que tenía un mes porque tenía la barriga muy blandita que  si hubiera tenido más de dos meses no lo hace” comentó Sandy.
Una semana después del aborto fue necesario ingresarla por urgencias en el hospital, ya que había sufrido complicaciones de salud; cuando la evaluaron evidenciaron la presencia un feto dentro de ella el cual aun estaba vivo pero sin liquido;  al parecer el viejo le había extraído dos fetos dejando uno dentro de la mujer, adicionalmente el aborto le dejo una infección urinaria y tuvieron que aplicarle  antibióticos.
Al día siguiente la llevaron a la sala de partos y le introdujeron una pastilla para inducirle las contracciones.
“Hay pero que cólicos tan hijueputas. Huis yo temblaba, sudaba una cosa y la otra; me pusieron  una inyección porque me volvió a dar escalofrío y bueno se me quito, pero quedaban esos cólicos.
A mí me llevaron un Gatorade todo frio y lo cogí y me presioné fuerte la barriga, cuando sentí que salió una cosa. Hay descanse yo; era el bebé cuando lo vi sentí mucha angustia era pequeñito lleno de sangre pero ya tenía formado sus deditos, pies; la cabecita y era niño, porque el médico me dijo y además el feto tenía tres meses. El papá del niño y mi mamá no quisieron ver al niño.
Al feto lo tenían envuelto en una cobijita verde  y a Gabriel el papá del bebe le tocó ir a comprar el ataúd, mi mamá y Gabriel fueron a enterrarlo porque a mí no me dejaron salir hasta que no enterraran al bebé”.
Pero esta historia no termina en el aborto pues lo lamentable de esto es que se acabo con unas vidas, con unas criaturas a las cuales se les negó el derecho a nacer, derecho  que si tuvieron los hijos de Laura que a pesar de lo difícil de su situación inicial, ahora es una mujer que colabora con  su familia y está bien económicamente ya que tiene una muy bonita casa  y vive  tranquila, ella es consciente de que le falta brindarle más tiempo y cariño a sus hijo, pero a pesar de eso ella seguirá tratando de derrumbar cada obstáculo que se le presente en la vida.
En ocasiones es necesario analizar los propios actos, aunque hay momentos en los que es posible dejar que las cosas fluyan, también es necesario ser más responsables pues como dice Sandy “Yo no tengo paciencia con los niños”, así las cosas es importante mirar lo que se hace cuidando que no se genere un resultado indeseable o difícil de enfrentar.
ANNY ROSA GARCÍA HERNÁNDEZ.
CSP II…I DE JUNIO 2011
 

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